La empresa de movilidad y elementos de comunicación Schindler convoco el siguiente concurso, sin ubicación definida ni programa concreto, salvo el hecho de solventar una problemática de accesibilidad a través del uso de alguno de sus productos.

De esta forma, se busca la posibilidad de combinar estas pautas con algún elemento arquitectónico que poder recuperar. Para ello se centra la vista en el actual faro de Moncloa, en desuso desde hace años.

La intervención mantiene la seña de identidad de la verticalidad del edificio existente junto con su carácter de punto de visión o mirador.

Al mismo tiempo se juega con idea de la mimetización con el entorno, enterrando la zona inferior del edificio,  recubriendo los ascensores de vidrios que reflejen el entorno y generando una plataforma superior desde la que partirá una nube de  vapor imitando las nubes que a esas alturas encuentra el edificio. Para desarrollar las visuales móviles según el momento, se desarrollan unos marcos que condensan el vapor permitiendo la visión a través de ellos.